La primera exposición permanente
dedicada a esta parte ineludible de la existencia humana y animal fue abierta
en el año 2016 en la isla de Wight, situada frente a la costa sur de
Inglaterra. Se denomina National Poo Museum (en castellano, ‘el museo nacional
de la caca’) y exhibe todo tipo de heces: desde las de un bebé humano hasta las
de un león, una paloma, un zorro –imagen sobre estas líneas–, un suricato, un
alce… E incluso muestra cacas fosilizadas de reptiles con millones de años.
Todas ellas se guardan encapsuladas en unas esferas de resina.